Volcanes.Tipos de volcanes

Un volcán es una formación geológica que consiste en una fisura en la corteza de un planeta sobre la que se acumula un cono de materia volcánica. En la cima del cono hay una chimenea cóncava llamada cráter. El cono se forma por la deposición de materia fundida y sólida que fluye o es expelida a través de la chimenea desde el interior del planeta.
En la imagen se puede apreciar la corriente de lava que desciende suavemente por las laderas de un volcán en Hawaii. Volcanes de este y otros tipos se producen en diversos cuerpos rocosos del sistema solar todavía activos.
Clasificación de los volcanes
       Hoy en día, desafortunadamente, todavía existen libros de textos que clasifican los volcanes mediante un sistema que no es el correcto.
 Por ello, es importante destacar que la clasificación de los volcanes es un método inventado por los hombres y que, por el contrario, la naturaleza no siempre sigue una pauta definida.
  Una de las razones por las que no debe aceptarse el sistema basado en sólo 3 tipos de volcanes es porque, por ejemplo, según éste no existirían importantes y extensivas calderas como la de Yellowstone.
Además, los volcanes también  se pueden clasificar según el tipo de lava, de emplazamiento tectónico, tamaño, localización geográfica, actividad, morfología, número de erupciones.
 A este respecto, existe disparidad de opinión entre científicos, vulcanólogos, geólogos y organismos.
         Según la Agencia Científica de Ciencias Naturales de Estados Unidos, la mayoría de los geólogos clasifican a los volcanes en cuatro tipos principales: los conos de ceniza, los volcanes compuestos o estrato-volcanes, los volcanes en escudo o domos basálticos y los domos de lava.
        Los conos de ceniza son los más simples aunque su diámetro puede alcanzar varios kilómetros. Compuestos por una fuente de lava explosiva en erupción que sale por una sola chimenea. Son abundantes en los terrenos volcánicos y su aspecto puede variar durante su, más bien, corta vida. Un buen ejemplo de un cono de ceniza es el Pinacate de México. 
   Se denominan como volcanes compuestos los también llamados estrato-volcanes. Son conos simétricos de gran dimensión y profundidad formados por capas alternativas de lava, ceniza volcánica, bloques.
Si bien no son los más explosivos, esta clase de volcanes es la que más pérdidas humanas ha causado en el mundo. No sólo por ser los más abundantes, sino porque muchas personas tienden a vivir en sus laderas.  Avalanchas, corrimientos de tierras y hundimiento de laderas; son tan sólo unos ejemplos de las actividades de este tipo de volcanes.

         Algunas de las montañas más hermosas en el paisaje del mundo son este tipo de volcanes, por ejemplo:  el Monte Fuji en Japón, el Monte Arenal en Costa Rica,  el Cotopaxi de Ecuador, el Monte Santa Elena (conocido como St. Helens), el Monte Rainier y el Monte Shasta en Estados Unidos.
Volcán Cotopaxi,Ecuador
 Los volcanes en escudo o domos basálticos prácticamente están compuestos sólo por lava y son los volcanes más grandes con forma de volcán. Se forman lentamente, acumulándose la lava en su interior. Sin embargo, no son profundos. Se consideran exclusivamente basálticos y el tipo de lava es muy fluida en su erupción. El 90% del volcán es lava en lugar de material piroclástico.
El volcán de escudo más activo es el Kilaulea, localizado en la Isla de Hawái, al lado de Mauna Loa.En el período histórico el Kilauea ha entrado unas 50 veces en erupción y es, por lo tanto, el volcán de este tipo más estudiado.
Los volcanes en  flujos o domos de lava están formados por masas pequeñas de lava bulbosa que se mueve a baja velocidad. 
 La movilidad de la lava depende, entre otros elementos, de la viscosidad de la lava. Si es poco viscosa, de composición basáltica, fluirá con facilidad. Si por el contrario, es demasiado viscosa para poder fluir a grandes distancias, se apilará sobre y alrededor del centro del volcán formando los domos de lava. Este tipo de volcanes puede generar una destructiva nube piroclástica.
         Los volcanes más conocidos de este tipo son el Monte Hood en Oregón, Montserrat (en el Caribe) y el Unzen en Japón.
El volcán de Montserrat
Según Scott K. Rowland, Geólogo de la Universidad Estatal de Oregon y la Universidad de Hawai, experto en lava basáltica, profesor de vulcanología y con un extenso conocimiento sobre el terreno en observación y seguimiento de importantes volcanes del mundo, en la tierra existen 6 tipos de volcanes: los volcanes en escudo, los estrato-volcanes, las calderas riolíticas complejas, los escudos monogenéticos, los de corriente basáltica y los semi-oceánicos.
  Las calderas riolíticas complejas son las más explosivas de la tierra. Sin embargo, su aspecto no suele ser el de un volcán. 
Generalmente son tan explosivas, que cuando entran en erupción, terminan colapsándose sobre sí mismas. Esto también les hace llamarse volcanes inversos. Sus cámaras de magma son enormes extensiones que pueden llegar a medir miles de kilómetros cuadrados en todas direcciones. También pueden dar lugar a explosiones más pequeñas durante el tiempo de reposo existente entre las etapas activas de su existencia.
 En cuanto a su origen, poco se sabe al respecto. 
 Los ejemplos más conocidos de calderas riolíticas complejas (también llamadas supervolcanes) son las de Yellowstone, Toba y Taupa.
Volcán Toba
 En cuanto a los escudos monogenéticos , no parecen volcanes sino mas bien una colección de cientos o miles de chimeneas de vapor. Están compuestos por conos de ceniza, y/o vapores,  asociados con lava y depósitos piroclásticos. En ocasiones, en el centro del escudo se puede encontrar un estrato-volcán. Su crecimiento es de forma lateral en lugar de vertical. Se conocen numerosos escudos monogenéticos en México, América del Suroeste y la zona volcánica de San Francisco.

Otros tipos de volcanes, según Scott, son los denominados como de corriente basáltica. 
 Son erupciones volcánicas que mueven lava basáltica creando cambios en la orografía del terreno, por ejemplo, montañas, que han sobrevivido muchos años después del evento. De hecho, muchas partes del mundo están cubiertas por miles de kilómetros cuadrados de gruesas capas de lava basáltica.
 El basalto en erupción alcanza entre los 1100 y los 1250 grados. El lugar más famoso en Estados Unidos donde pueden encontrarse estas características esta situado al SE del Estado de Washington y se extiende por todo el Pacífico hasta Oregón: el Columbia River Basalt province.
El sistema global de cordilleras semi-oceánicas (oceánicas) es la característica volcánica de mayor extensión que puede encontrarse sobre la Tierra, rodeándola como si se tratara de las costuras de una bola de béisbol. Es la cadena montañosa más grande de la Tierra con 80.000 kilómetros de largo. 
Miles de volcanes individuales o segmentos de cordilleras volcánicas que entran en erupción de forma periódica conforman este sistema de cordilleras semi-oceánicas.


Muestra de las uniones más importantes de las placas tectónicas en el mundo, conectadas íntegramente por el sistema global de cordilleras semi-oceánicas. Las líneas verdes indican las zonas donde las placas se reintegran al manto (no figura la zona norte de Islandia). Este es un mapa del sistema de cordilleras oceánicas de la Tierra. 
Aquí, las placas se separan y se llenan de lava o la lava se introduce a través de ellas y las separa. Incluso, puede suceder una combinación de ambas posibilidades. Es de este modo como se forman las placas oceánicas.
Los materiales del manto se derriten parcialmente mientras se elevan en respuesta a una presión reducida. Esta roca derretida o magma puede depositarse varios kilómetros bajo el mar, esperando una erupción. La mayoría de este magma se congela en el mismo sitio donde se deposita, formando un nuevo bulto de la corteza oceánica, sin erupcionar.  La corteza oceánica tiene alrededor de unos 10 kilómetros de espesor, aunque tan sólo la parte superior (de 1 a 3 kilómetros) se ha formado por erupciones. 
Cuando la presión del magma es lo suficientemente fuerte como para hallar una salida al mar, entonces tiene lugar una erupción.
Volcán de lodo
Un volcán de lodo es una forma menor del relieve, formada por un cráter y un cono volcánico de poca altura, aunque lo bastante extenso por la escasa pendiente, y cuyo origen no está relacionado con las verdaderas formaciones volcánicas, salvo alguna que otra excepción como sucede en Wyoming, sino que se deben a emanaciones de gas relacionadas con los yacimientos petroleros.

Serie de volcanes de lodo en la Reserva Estatal de Gobustan – Azerbayan. (20 de abril de 2008. Imagen: Nick Taylor
 La mayor concentración de este tipo de volcanes se encuentra en los alrededores del Mar Caspio, donde se concentran aproximadamente unos 300 de los más de 700 conocidos en todo el mundo. En algunos países, como en Italia, se conocen como salsas o macalubas.

Los gases emanados en los volcanes de lodo están formados principalmente por hidrocarburos gaseosos de otro tipo como metano y anhídrido carbónico, así como gases sulfurosos. La distinta composición de los gases emanados da origen a una amplia gama de tipos de volcanes de fango. También se pueden encontrar una gran cantidad de gases asociados en las erupciones de los volcanes de lodo, como por ejemplo helio, metano, etcétera. Si entre los gases predominan los que emiten combustibles parecidos al gasóleo, entonces pueden formarse llamas por combustión espóntanea del gas a presión en contacto con el aire. 

En estos volcanes pueden producirse explosiones e incendios. 

Fuentes: Tipo e intensidad de las erupciones volcánicas

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